Los exploradores son, obviamente, una metáfora de la condición humana. Son optimistas y sus historias, por lo general, son las de personas corrientes que, al verse bordeando el precipicio, adoptan la posición del expedicionario y
sondean en el plausible horizonte, indagando qué puede haber fuera de aquí, o
en el más allá de nuestros limites. Son personas no especialmente modernas, pues por lo general desdeñan el hastío existencial tan en boga, y más bien es gente anticuada y muy activa que mantiene una relación desinhibida y directa con el vacío.
Enrique Vila-Matas